Redacción.
La Copa América, el campeonato de fútbol más importante de Sudamérica, regresará a Estados Unidos en 2024 como parte de un acuerdo de colaboración entre los funcionarios del fútbol en todo el continente. El acuerdo también contempla al menos un nuevo torneo y competencias intercontinentales extendidas para los clubes y las selecciones nacionales de mujeres.
La Confederación de Norte, Centroamérica y del Caribe de Fútbol (CONCACAF) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), anunciaron dicho acuerdo este viernes 27.
Entre los beneficios futbolísticos y financieros más evidentes (la anterior edición de la Copa América en Estados Unidos celebrada con carácter extraordinario en 2016 como la “Copa América del Centenario” por el 100mo aniversario de la competición y de la fundación de la CONMEBOL, fue la más grande y suntuosa en la historia del torneo), el acuerdo marcó un renovado voto de confianza importante entre los funcionarios del balompié del continente americano.
Muchas relaciones futbolísticas en la región resultaron profundamente afectadas después de 2015, cuando una investigación de corrupción dirigida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos llevó a que decenas de funcionarios del fútbol y márketing en todo el continente fueran detenidos y condenados. Los derechos para la televisión de la Copa América, fueron cruciales en algunos de esos casos, y dos exejecutivos de televisión acusados de otros delitos están siendo juzgados actualmente en Nueva York. Este caso, que aún sigue lejos de cerrarse, pasó a la historia con el nombre de FIFAGate.
A pesar de esta situación, los países del fútbol sudamericano durante mucho tiempo han considerado a Estados Unidos, con su enorme grupo de expatriados pero también con una enorme cantidad de capital, como un mercado deseable. Pero querían hacerlo en sus términos.
Ahora, Sudamérica tendrá acceso a ambos, y Estados Unidos, México y Canadá (los tres coanfitriones de la Copa del Mundo de 2026) tendrán la oportunidad de participar en un torneo importante y competitivo dos años antes de la cita mundialista. El éxito de la Copa América 2024 ayudará en gran medida a determinar si esta colaboración del fútbol regional se mantiene a largo plazo.
La Copa América se jugó en Estados Unidos en 2016 fue la primera que se hizo fuera de Sudamérica, y también la única vez que incluyó 16 equipos. En la final de aquella edición, Chile venció a Argentina en tanda de penales.
En 2024, a los 10 países sudamericanos que usualmente disputan la Copa América se les unirán seis equipos de la CONCACAF, tal como en 2016.
No es inusual que la Copa América incluya “equipos invitados” de otras regiones. Para la edición del principal torneo sudamericano de selecciones que se celebró en 1993 en Ecuador, CONMEBOL extendió invitación a CONCACAF, eligiendo a México y a Estados Unidos como los seleccionados a participar. Cabe destacar que las condiciones en las que se presentó esta situación coinciden en que los Estados Unidos albergaría la fase final de la Copa Mundial de la FIFA en 1994 y dicho evento serviría para preparar de la mejor manera posible a su seleccionado nacional con miras a la cita ecuménica de la que sería anfitrión. Fue eliminado en fase de grupos, mientras que México, con un plantel todavía recordado en el sur del continente por presentar los nombres de Hugo Sánchez, Jorge Campos, Juan De Dios Ramírez, Miguel Herrera, Alberto García Aspe, Pavel Pardo, Duilio Davino, Luis García, Marcelino Bernal, entre otros, alcanzó la final del torneo, en la que cayó 2-1 frente a la eventual campeona, Argentina.
México volvería a disputar la final en 2001, en la que fue vencido por la anfitriona Colombia. Y en esa misma edición, Honduras atrapó el tercer lugar, siendo la mejor actuación de los seleccionados de CONCACAF en el torneo.
Pero para 2024, las selecciones de la CONCACAF que participen no se clasificarán por invitación, sino a través de la Liga de Naciones de la CONCACAF 2023-24.
Las federaciones aseguraron que esta edición extendida de la Copa América servirá, en parte, como una ventana indispensable de preparación de alto nivel en el hemisferio occidental antes de la Copa del Mundo de 2026, que se organizará de manera conjunta en Estados Unidos, México y Canadá, tal como lo ocurrido con los estadounidenses en 1993.
Las confederaciones también anunciaron que la Copa Oro Femenina de la CONCACAF 2024 incluirá a los cuatro mejores equipos sudamericanos y ocho equipos de la CONCACAF, un novedoso (y bienvenido) incremento en el nivel de competencia del torneo para las mejores selecciones de la región, además de la Copa Mundial Femenina o los Juegos Olímpicos.
También está considerada una nueva competencia de clubes de fútbol masculinos para la región, en el que participarán dos equipos de clubes de cada confederación. Las confederaciones dijeron que esperaban inaugurar ese torneo también en 2024 y el mismo se contempla cuando la Copa Mundial de Clubes, para clubes de ligas de todo el mundo, está en un periodo de cambio, y la FIFA tiene planeado expandirla, pero organizarla con menos frecuencia.
El torneo de clubes es otra prueba de la relación más estrecha entre los organismos de la región y de la voluntad de la CONMEBOL de buscar nuevos horizontes para sus selecciones. El organismo rector del fútbol sudamericano ya tiene una relación con la UEFA, su homóloga del fútbol europeo, gracias al relanzamiento de un torneo intercontinental (La Finalissima) que enfrenta a la selección ganadora de la Copa América contra la selección campeona de Europa. Argentina derrotó a Italia 3-0 en la edición del año pasado, la primera vez que se realiza desde 1993.
Es probable que el nuevo torneo de clubes (con cuatro participantes) incluya a los finalistas de la Liga de Campeones de la CONCACAF, popularmente conocida como “CONCAChampions”, y a los finalistas de la Copa Libertadores, el principal campeonato sudamericano de clubes, o al ganador de ese evento y al campeón de la Copa Sudamericana, la segunda competencia más prestigiosa del cono sur. Será un evento que sin duda recordará a la antigua Copa Interamericana, que entre 1969 y 1988 enfrentaba al campeón de la Copa de Campeones (hoy Liga de Campeones) de la CONCACAF con el campeón de la Copa Libertadores, a dos partidos, ida y vuelta.
Las nuevas iniciativas surgen en el contexto de las intensas negociaciones antes de que la FIFA finalice su calendario mundial para la próxima década, un plan muy anticipado que definirá el futuro del fútbol en todo el mundo.
Fotos: créditos a quien corresponda.
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