Meterse en los corrillos del fútbol venezolano y mencionar la palabra Tiquire, conjugándola con Flores, Aragua o incluso Canarias, es evocar a uno de los equipos referentes de la actividad deportiva profesional de nuestro país.
Fue fundado como Tiquire Flores en La Victoria, en 1960, por los Staccioli, familia italiana establecida en dicha población. El nombre tiene que ver con una cercana y conocida hacienda ubicada en los valles del este del estado Aragua. Con el paso del tiempo, la oncena fue mudada a Maracay, la capital aragüeña. También apodado “Los toros de Aragua”, Tiquire Flores fue el primer equipo del interior del país que se unió al fútbol profesional venezolano.
Eso ocurrió en 1963, cuando la Liga Mayor del fútbol rentado local solo se circunscribía a equipos basados en Caracas, los del llamado "fútbol de colonias". El Tiquire Flores jugaría en dicha organización por tres temporadas, su mejor época precisamente, pues en 1964 llegaría a la final del torneo de dicha Liga, en la que cayó ante Galicia con derrota 0-2 en Maracay y un empate 2-2 en la vuelta jugada en Caracas. Sin embargo en ese mismo año encontraría consuelo al hacerse de la Copa Venezuela, su único título, al superar en la final a la Unión Deportiva Canarias.
En 1965, Tiquire Flores seguía manteniendo su fuerza en la liga, pues estuvo entre los cuatro mejores equipos de la temporada, la cual fue ganada por un debutante en el torneo y también perteneciente a la provincia venezolana, el Lara FC.
En 1966 el equipo cambia su nombre a Aragua Fútbol Club (llamado también Atlético Aragua FC), denominación con la que disputaría tres temporadas de primera división, para luego en 1970 volver cambiar su nombre a Tiquire Aragua. Por cierto, este Aragua FC sesentoso no tiene nada ver con el que existe actualmente.
Luego de la temporada de 1973, el equipo retomaría el nombre de Aragua Fútbol Club (o "Atlético Aragua FC"). Tras diversos problemas económicos el club se fusionaría con la UD Canarias para dar paso a su último nombre, Tiquire-Canarias, antes de desaparecer definitivamente en 1975.
En una época en la que el fútbol profesional de Venezuela era ejercido por mayoría abrumadora de jugadores extranjeros, especialmente brasileños, el Tiquire no escapó a esa situación, su importación siempre estuvo conformada mayormente por futbolistas provenientes del país del samba. Sus dos principales referentes fueron Helio Rodrigues y Agostinho Sabará, quienes finalizaron como líderes goleadores en nuestro fútbol. Rodrigues en 1964 con 12 tantos anotados y Sabará en 1971 luego de marcar 20 goles.
Sin embargo, a diferencia de sus colegas que militaban en los equipos de Caracas, los brasileños del Tiquire que decidieron quedarse en el país tras colgar los botines afincándose en esa región ubicada apenas a 100 kms al oeste de la Capital de la República, crearon en dicha zona una auténtica escuela o estilo de juego que aún hoy perdura entre los equipos aragüeños. De Maracay y sus alrededores han salido y siguen saliendo futbolistas de buena técnica y trato de balón, que cuando se juntan forman equipos que basan su fuerza no en la física sino en un fútbol notoriamente rápido, vistoso y bien jugado. No es casualidad que el mejor futbolista venezolano de este siglo sea maracayero y se llame Juan Arango. Y que en la rama femenina también lo sea una paisana suya, Deyna Castellanos, que hasta lo imita en sus gestos técnicos e incluso en los festejos de sus goles.
Esto último es, sin lugar a dudas, el más palpable legado que dejó al FutVe esta legendaria oncena.
Texto: Edfran Jesús Chirinos.
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