Oncena fundada en Porlamar, isla de Margarita, en 1984 por José María Lorenzo, dueño de la recordada cadena de tiendas Pepeganga, en sociedad con Rafael Esquivel, entonces presidente de la Asociación de Fútbol del estado Nueva Esparta.
Dirigido por el argentino Justo Adolfo Castro “Castrín”, ascendió a primera división en 1987 y en menos de dos años se metería en la élite de la entonces Liga Venezolana de Fútbol Profesional. En la temporada 1988-89, dirigido ahora por el uruguayo Víctor Pignanelli, alcanza el sub-campeonato de la liga y representa a Venezuela en la Copa Libertadores de 1990 junto al titular Mineros de Guayana, siendo los primeros equipos del oriente del país que intervenían en el torneo internacional de clubes más importante del continente americano.
El Club Deportivo Pepeganga Margarita es recordado, primeramente por llevar el nombre de una cadena de tiendas que tuvo presencia a nivel nacional, luego por su corta pero notoria trayectoria en el Fútbol Venezolano y después por su participación internacional, ya que logró superar la fase de grupos venciendo a Mineros de Guayana y a los uruguayos Progreso y Defensor Sporting. Jugaría los octavos de final de la Copa, en la que fue eliminado por Independiente de Avellaneda, Argentina.
En Libertadores hizo de local en San Cristóbal, a más de 1500 kilómetros de Porlamar, su sede, debido a que el estadio Guatamare (actualmente llamado Nueva Esparta) es de beisbol y obviamente no estaba apto para albergar partidos de torneos internacionales. Luego de arrancar perdiendo en Puerto Ordaz 1-0 frente a Mineros el 25 de febrero, seguidamente en la capital tachirense venció a todos sus rivales de grupo, comenzando el 7 de marzo derrotando al Club Atlético Progreso, campeón charrúa que era dirigido por Walter "Cata" Roque, por 1-0 gracias al gol anotado por el brasileño Joao Santana. Después, el domingo 10 hizo lo propio con Defensor Sporting igualmente por marcador de 1-0, con tanto anotado por el colombiano Guillermo “Manimal” Cortez, pero que el árbitro adjudicó al brasileño Santana. Y conseguiría la clasificación a octavos derrotando 2-1 a Mineros, con tantos de Carlos Betancourt y del neogranadino Héctor Coll, habiendo descontado Walter Álvarez para los guayaneses.
Los encuentros de vuelta en Uruguay se contaron por derrotas (0-1 frente a Defensor Sporting y 0-2 ante Progreso) pero eso no impidió que clasificase a los octavos de final de la Copa, los cuales se disputaron en el mes de agosto debido a la celebración de la Copa del Mundo Italia’90. Hasta allí llegó el cuadro insular, que no fue rival para el argentino Independiente, que lo goleó 0-6 en Pueblo Nuevo y 3-0 en Avellaneda.
Su incursión en la Libertadores le dejó pérdidas en dólares a la organización de tiendas, por lo que José María Lorenzo optó por ceder los derechos en primera división al Monagas SC, desapareciendo así uno de los equipos venezolanos con buen debut en la Copa Libertadores. Debut y despedida, vale decir.
La imagen corresponde a la del once titular que derrotó a Defensor Sporting frente a una buena concurrencia en la capital tachirense, créditos a su autor.
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